Un fenómeno habitual que, al avanzar y desarrollarse, encontró condiciones meteorológicas, geográficas y sociales para convertirse en extraordinario y letal. Eso fue la DANA (acrónimo de depresión atmosférica a niveles altos) que golpeó con dureza la costa mediterránea española a la altura de Valencia el pasado martes 29 de octubre, con un saldo que hasta ahora asciende a 223 fallecidos y casi un centenar de personas desaparecidas, además de daños materiales todavía sin cuantificar. “La DANA, lo que en la Argentina llamamos habitualmente baja presión en altura o baja segregada, es un fenómeno que existió siempre y es común en todos los lugares de latitudes medias, como la zona central de nuestro país”, explicó la meteoróloga y comunicadora del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) Cindy Fernández.